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El 31 de diciembre se me antoja tan bueno como el 14 de octubre o el 27 de enero para hacer balances. Sin embargo, es en estas fechas cuando los medios de comunicación invitan a reflexionar sobre los titulares más relevantes del año, los mejores libros publicados durante los últimos 365 días, las defunciones más lloradas, las noticias más tristes o las hazañas más alegres con que la humanidad subraya un período que será barrido irremediablemente por nuevos titulares, otros libros, más defunciones y logros no menos sorprendentes que los que ahora cierran este año cargado de pesadumbre económica y cinturones ajustados.
Todo el mundo sabe que las listas obedecen a criterios sesgados y siempre subjetivos, pero también ayudan a comprender o a comprenderse. El siguiente listado es una enumeración de mis lecturas del 2011 tal como las he ido anotando en mi cuaderno, mes a mes, libro a libro. La expongo como si fuese un resto arqueológico, un fantasma del pasado más cercano que se aparece de repente, en mitad de este mundo digital, para recordarme lo que he sido, lo que he aprendido, lo que ahora sé o, al menos, he sabido durante las semanas en que leía estos libros que configuran un pequeño rasgo del gran rostro de la cultura literaria.
La lista tiene un valor relativo. Me pregunto si yo sería el mismo de no haber leído estos 67 libros. Creo que sí, sería exactamente igual que el que soy. Por eso su valor es relativo y no absoluto: ninguno de ellos, por sí solo, ha cambiado mi vida. Pero todos ellos, sumados al conjunto de lecturas de otros años, han mejorado mi criterio como lector, me han inducido a ser más selectivo, a no tragarme cualquier texto porque lo citen en los suplementos culturales como la quintaesencia de la literatura. La lectura voraz e indiscriminada tiende, por tanto, a reducir mis intereses como lector. Creo que muchos coincidirán conmigo en este pensamiento.
Al transcribir la lista me he dado cuenta de que hay pocos libros de relatos y de poemas. La explicación es sencilla: ambos géneros se prestan a un disfrute transversal, imposible de practicar con las novelas o los ensayos. Puedo pasar una tarde brincando sin rubor de Cortázar a Katherine Mansfield, picoteando poemas de Gamoneda, de Juan Ramón, de Rimbaud o Gil de Biedma. Leer es disfrutar leyendo y no hay nada más saludable que seguir la estela de la literatura dejando que el azar oriente mi mirada sobre este libro de relatos o aquel otro de poemas de mi biblioteca.
Los 67 libros son estos:
-La rive gauche, Herbert Lottman (ensayo)
-Cuatro dublineses (Wilde – Yeats – Joyce – Beckett), Richard Ellmann (ensayo)
-Memorias de una joven formal, Simone de Beavoir (memorias)
-Elegías de Duino, Rilke (poesía)
-El evangelio según Jesucristo, José Saramago (novela)
-El sobrino de Wittgenstein, Thomas Bernhard (novela)
-El quinto hijo, Doris Lessing (novela)
-El revés y el derecho, Albert Camus (artículos)
-Biografía del hambre, Amélie Nothomb (novela)
-Las primas, Aurora Venturini (novela)
-Los escenarios de la memoria, José Mª Castellet (memorias)
-Los testamentos traicionados, Milan Kundera (ensayo)
-Trópico de cáncer, Henry Miller (novela)
-La condición humana, André Malraux (novela)
-Diarios tempranos 1947-1964, Susan Sontag (diario)
-Poesía y verdad, Gabriel Celaya (artículos)
-Las ciudades blancas, Joseph Roth (viajes)
-En Grand Central Station me senté y lloré, Elisabeth Smart (novela)
-Antón Chéjov, Natalia Ginzburg (biografía)
-Galileo, José Mª Baquero (biografía)
-Uno y el universo, Ernesto Sábato (ensayo)
-Rilke. La belleza y el espanto, Antonio Pau (biografía)
-Los premios, Julio Cortázar (novela)
-Querido Miguel, Natalia Ginzburg (novela)
-El inmoralista, André Gide (novela)
-Diario, André Gide (diario)
-Hainuwele y otros poemas, Chantal Maillard (poesía)
-Marzi, Sylvian Savoia y Marzena Sowa (cómic)
-Escribir después de Auschwitz/Discurso de la pérdida, Günter Grass (ensayo)
-Contrapunto, Don Delillo (ensayo)
-Pirámides de tiempo, Remo Bodei (ensayo)
-La sangre y el ámbar, David Torres (viajes)
-La jungla polaca, Ryszard Kapuscinski (viajes)
-Commandant of Auschwitz, Rudolf Hoess (memorias)
-Si esto es un hombre, Primo Levi (memorias)
-Vértigo, W. G. Sebald (narrativa)
-Los emigrados, W. G. Sebald (narrativa)
-Stravinski, E. Walter White/Santiago Martín (biografía)
-Océano mar, Alessandro Baricco (novela)
-Europa en guerra 1939-1945, Norman Davies (ensayo)
-Las benévolas, Jonathan Littell (novela)
-Dios no es bueno, Christopher Hitchens (ensayo)
-Ragtime, E.L. Doctorow (novela)
-Helena o el mar del verano, Julián Ayesta (novela)
-Anatomía de un instante, Javier Cercas (novela/ensayo)
-Austerlitz, W. G. Sebald (novela)
-La gaviota, Anton Chéjov (teatro)
-El adversario, Emmanuel Carrére (novela)
-Amarillo, Félix Romeo (novela/testimonio)
-La leyenda del santo bebedor, Joseph Roth (novela)
-Muerte de un caballo, Andrés Barba (novela)
-Alma, Javier Moreno (novela)
-El coronel Chabert, Balzac (novela)
-El belvedere, Juan Bonilla (poesía)
-Nocilla dream, Agustín Fernández Mallo (novela)
-Dibujos animados, Félix Romeo (novela)
-Asterios Polyp, David Mazzucchelli (cómic)
-Elogio y refutación del ingenio, José Antonio Marina (ensayo)
-El que apaga la luz, Juan Bonilla (relatos)
-El hacedor, Jorge Luis Borges (relatos/poemas)
-El hacedor (de Borges), remake, Agustín Fernández Mallo (relatos/poemas)
-Ombligo sin fondo, Dash Shaw (cómic)
-Aquí, Wislawa Szymborska (poesía)
-Dublinés, Anfonso Zapico (cómic)
-Los adioses, Juan Carlos Onetti (novela)
-El doble, Dostoievsky (novela)
-Corrección, Thomas Bernhard (novela)
Empieza un nuevo año y yo espero con impaciencia el momento de seguir anotando mis lecturas en esta cuenta en la que siempre hay ganancias y apenas sospecho pérdidas.
A mediados de 1957, Picasso se propuso reinventar una vez más la pintura tomando como punto de partida un lienzo de Velázquez: Las Meninas. Trabajó incansablemente durante varios meses hasta que el 30 de diciembre dio por terminada una serie compuesta por 58 variaciones de la obra del pintor sevillano. Cuesta creer que alguien pudiera acusar a Picasso de plagio. Enmudecidas, las bocas de los mercenarios del Arte sólo pudieron suspirar con fervorosa admiración ante tal proeza, y por partida doble: el enfant terrible de la pintura del siglo XX acababa de liberar al Arte de un corsé demasiado estrecho para los tiempos que corrían con una autoridad que no admitía críticas (aunque, como es sabido, no era la primera vez que lograba un mérito semejante) y, lo que es más importante, lo hacía a partir de una obra clásica, hasta entonces intocable. Picasso demostraba así que en el Arte nadie tiene la última palabra, ni siquiera Velázquez, y que toda obra es susceptible de ser revisada o, empleando un término más actual, revisitada: si el malagueño vistiera chupa de cuero negro, pantalones ajustados y gafas Ray-Ban Police, hubiera titulado su serie Las Meninas Revisited.
Parece ser que María Kodama, viuda de Borges y heredera de su legado, no comparte la misma opinión. ¿Kodama o su séquito de abogados de bufete acristalado de doscientos dólares la hora? Poco importa. En un acto de autocensura con muy buenas intenciones la editorial Alfaguara retiró hace unos meses el último libro de narraciones y poemas de Agustín Fernández Mallo, titulado El hacedor (de Borges), Remake.
La obra de AFM es a El hacedor de Borges, lo que fue la serie de Meninas de Picasso al cuadro de Velázquez.
AFM no es Picasso, ni falta que le hace.
AFM tampoco es Borges, ni necesita serlo, porque por algo es AFM.
AFM toma el título del libro del bonaerense.
AFM toma cada título de cada cuento y de cada poema del libro de Borges y recrea cada poema, cada cuento y, en definitiva, el libro entero logrando un producto nuevo y moderno (o, como él mismo ha acuñado, postpoético), conceptual, irónico y arriesgado.
AFM ha imitado la osadía de Picasso, pero no ha imitado a Borges.
En todo caso, AFM es Josef K. y, como el oficinista de Kafka, la mañana en que la editorial Alfaguara retiró la obra de las librerías sin duda se sintió acusado de un delito que no había cometido.
Este es El proceso de AFM.
Peor aún: este es El proceso que se libra contra el Arte.
El Arte necesita renovarse, revivirse, extenderse, reconstruirse. Porque el Arte que no se enriquece con la actualidad está condenado a agotarse, a exhibirse en los museos los fines de semana como si fuese el esqueleto de un dinosaurio que contemplamos con indiferencia y hastío de domingo por la tarde.
El Arte es vida o no es.
No creo que sea casualidad que el libro de AFM comience, precisamente, en el CERN de Ginebra, a 30 km del cementerio de Plain Palais, donde está enterrado Borges. AFM ha invitado al maestro a salir de su tumba ginebrina a que vea mundo, este mundo, este nuevo mundo, el nuestro. Gracias a AFM, Borges ha recuperado la vista y ha comprendido que los mitos han caído porque esos mitos que hablaban de Ilíadas y Odiseas ya no sirven. Necesitamos otros sueños. Menos gastados, menos transitados. Y la propuesta de AFM es El hacedor (de Borges), Remake.
Al principio, dice AFM, no fue Homero, sino la explosión del Big Bang, la creación del Universo, el origen de protones y neutrones, quizá del bosón de Higgs (todavía una entelequia matemática), el todo concentrado en un magma arrollador a partir del cual se formaron las galaxias, los planetas, los dinosaurios, Europa, el capitalismo, unas Adidas Campus.
El principio, por tanto, no es la literatura sino la ciencia, que intenta comprender la vida tal como la conocemos.
No, no es cierto: el principio tampoco es la ciencia.
El principio de todas las cosas es la imaginación.
La imaginación es improvisación, experimentación, ingenio. Es renunciar al mainstream que llena la palabra <<cultura>> o la palabra <<literatura>> de productos que agonizan en el mismo parto, entre sangre y dolor, cuando ni siquiera la palmada en el culo consigue arrancarles el grito que necesita ser aullado hasta hacer vibrar las paredes del quirófano de la creación artística. Sin grito no hay obra que merezca la pena. Si no, que se lo pregunten a Munch.
El hacedor (de Borges), Remake es el grito de AFM que sacude el paritorio para orgullo de su padre y gozo de sus herederos: los lectores.
Mientras Borges escribía Kafka y sus precursores no estaba pensando en Zenón, ni en Kiekergaard. Pensaba en sí mismo. Y pensaba en AFM. Y pensaba en los que vendrán. No hay rivalidad entre ellos. Lo dice Borges, no yo, citando, sin duda apócrifamente, a T.S. Eliot: <<cada escritor crea a sus precursores. Su labor modifica nuestra concepción del pasado, como ha de modificar el futuro>> [Otras inquisiciones, 1952]. Veladamente, Borges no escribió Kafka y sus precursores sino Borges y sus precursores, situándose a sí mismo en un punto de inflexión de la narrativa universal que conduciría a nuevos hallazgos, en este caso -hoy- al de AFM. Con el tiempo vendrán otros, y nos harán más libres.
La imaginación es ingenio, y el ingenio es rechazo a la seriedad, ironía, humor, desenfado. Libertad. Lo sugiere José Antonio Marina en su Elogio y refutación del ingenio, donde también apunta un dato que merece rebatirse: el ingenio se agota en sí mismo, nada puede crecer de las ramas del frondoso árbol que dibujaron, cada uno a su manera, Gómez de la Serna, Miró, Malevich (a quien AFM cita en su libro), Tzara, John Cage… Yo, en cambio, no creo que el ingenio se agote en sí mismo. El ingenio es renovación. Muerte y renacimiento. El Arte, a través del ingenio y de la imaginación, necesita demoler sus propios cimientos constantemente para crear nuevas coordenadas sobre las que alzar una nueva mirada a nuestro mundo. Después de la debacle hay que seguir construyendo, y las coordenadas del mundo de hoy no pueden estar más claras, ni ser más accesibles: Google Earth.
Puedo descender con la misma facilidad al April Salome Forest de la isla Papua Nueva Guinea, que a la Sierra Calderona de España y contemplar dos vegetaciones distantes más de 5000 kilómetros, en los escasos 40 centímetros de lado de mi pantalla Acer de 17’’. Tenemos el mundo a vista de pájaro y podemos abarcarlo con un simple movimiento del dedo índice sobre la rueda del ratón. Así de cerca está el mundo, nuestro mundo.
Una de las mejores revisiones del libro de AFM lleva por título Mutaciones y se apoya en Google Earth. En el cuento homónimo de El hacedor, Borges alude a la flecha de un guerrero, el lazo de un jinete y una cruz rúnica para alterar su sentido al proyectarlas a su hoy: la flecha indica un camino, el lazo ha devenido corbata y la cruz se transmutó en mecanismo de tortura donde asesinar dioses. Estas mutaciones plantean una cuestión trascendental: los utensilios quedan rebajados o elevados a la categoría de símbolos y quién sabe qué símbolos traducirá el porvenir.
AFM ha creado sus propias mutaciones, mucho más novedosas e intrigantes:
1. Un recorrido por los monumentos de Passaic 2009 plantea un viaje siguiendo las huellas de Robert Smithson, quien, en 1967, recorrió la zona residencial de Nueva Jersey llamada Passaic en torno al río del mismo nombre, buscando monumentos contemporáneos: un puente, un conjunto de tuberías desaguando en el río, un bar de carretera llamado Golden Coach Diner y un cajón de arena. AFM sigue los pasos de Smithson sin abandonar su apartamento pues “pasea” por Passiac gracias a un viaje virtual de vista panóptica usando GoogleEarth.
2. En Un recorrido por los monumentos de Ascó, repite el viaje, enlazando el itinerario del río Ebro a su paso por Ascó (Tarragona) con el del río Passaic, y el cajón de arena del norteamericano con una muestra de la arena contaminada debido a una fuga de partículas radiactivas de la nuclear, detectada el 14 de abril de 2008.
3. El tercer recorrido es cinéfilo y real (no virtual): AFM viaja a una pequeña isla rocosa, Lisca Bianca, al norte de Sicilia, siguiendo los pasos del equipo que filmó La aventura de Michelangelo Antonioni, de la misma forma que en 1983 un grupo de periodistas de la RAI se desplazó hasta allí para reconstruir cada escena de la película que se rodó en la isla. Al cabo de dos días a la intemperie, las imágenes de celuloide de Mónica en busca de Anna se han transformado en Mónica buscando a AFM, cerrando así el círculo de perseguidor y perseguido.
Las mutaciones borgianas han adquirido en la obra de AFM una nueva dimensión y los utensilios materiales (físicos) que pensó el escritor bonaerense son traducidos por AFM en una nueva simbología, no física sino conceptual, ampliando los límites de los objetos minúsculos del universo (flecha, lazo, cruz) en una nueva geografía más extensa y cartografiada por el GPS y los satélites geoestacionarios (Passaic, Ascó, Lisca Bianca).
Para dar el salto a la postpoética, AFM necesita apoyarse en Borges, a veces silenciándolo (parte de un título borgiano para construir algo nuevo), otras veces anclando ciertas imágenes del escritor argentino en sus propios textos, casi tan imperceptibles como el vaho que deja un aliento sobre un cristal trasparente, y en algunas ocasiones partiendo de un concepto como Dios (no olvidemos que Dios es un concepto creado por el hombre) para transformarlo de acuerdo a una inspiración que jamás renuncia al humor.
Borges es el trampolín en el que se balancea AFM antes de dar el doble salto mortal que lo conduce a la piscina sin agua de la nueva manera de entender la literatura.
Aunque Alfaguara haya retirado el libro del mercado, no es imposible hacerse con una copia. Búsquenlo en las librerías de viejo, descárguenlo, visiten en youtube los videos que conectan con esta figuración imaginativa y poderosa, esta narrativa conceptual y libre, este aullido estremecedor y fulgurante que el mejor Ginsberg hubiese querido firmar.
Estoy seguro de que el tiempo –ese otro concepto humano- pondrá las cosas en su sitio y Kodama y sus bien pagados súbditos leerán (porque no creo que lo hayan leído) este brillante homenaje a Borges y aún más brillante homenaje a la Literatura.
Más información en:
http://blogs.alfaguara.com/fernandezmallo/2011/10/06/carta-por-la-retirada-de-el-hacedor-remake/
http://www.elpais.com/articulo/cultura/peligros/rehacer/obra/literaria/Borges/elpepucul/20111001elpepucul_1/Tes
http://www.elcultural.es/noticias/LETRAS/2163/Maria_Kodama_logra_retirar_El_hacedor_%28de_Borges%29_remake_de_Fernandez_Mallo
http://hkkmr.blogspot.com/2011/10/carta-de-protesta-o-como-el-hacedor-de.html